Cosmética

El vocablo "cosmética" procede del griego y su significado es "el uso con la finalidad de la higiene o belleza del cuerpo, particularmente del rostro".

En la antigüedad la cosmética estaba relacionada con la medicina, las prácticas religiosas, incluso con la higiene y el embellecimiento. Los primeros rastros del uso de Cosmética datan en la prehistoria. En este periodo se hallaron diminutos envases con cremas, hechos con diversos materiales, fabricados con grasas de animales, plantas o minerales. En este periodo se creó el primer producto de cosmética, un protector solar, combinando minerales rojos con grasa animal.

La  civilización sumeria, tuvo numerosos utensilios de belleza que se encontraron en la estancia mortuoria de la reina Shub-Ad. Esto es una evidencia de los conocimientos de cosmética en aquella época. Los griegos introdujeron la relevancia del baño y los masajes en la vida diaria. Surgen entonces los "kosmetes", profesionales dedicados al cuidado y belleza del cuerpo.

Historia

Sin embargo, la cuna de lo que hoy se conoce como cosmética, proviene del Antiguo Egipto, donde las personas usaban incipientes productos cosméticos, utilizando pigmentos rojos para acentuar los labios y mejillas, minerales para remarcar sus cejas  y pintar los ojos y pelo, aceites aromatizados para humedecer su piel. Fueron también los egipcios los que introdujeron la limpieza corporal usando el jabón. Como desodorante utilizaban esferas de incienso almizcladas, las que fregaban por el cuerpo.

En la época de los romanos, se crea la primera crema para el cutis, aprovechando la cosmética de siglos anteriores, siendo utilizada para el cuidado de la mujer.

Durante el Renacimiento que trajo la pompa y la ostentación, favoreció el acrecentamiento en el uso de la cosmética, en cremas y perfumes. Fue en esta etapa donde se inyecta alcohol en los perfumes, creando la célebre receta “Agua de Hungría”.

En esta época, de conocimiento popular, la higiene era casi inexistente, por lo que la utilización del perfume era muy evidente, ya que de esta manera, se disimulaba el mal olor. El jabón era un producto muy difícil de conseguir, una cosmética que se elaboraba de manera artesanal y rudimentaria, habiendo una producción mínima y solo accesible a las clases pudientes.

Las mujeres, durante siglo XVIII, empezaron a tener un uso excesivo de la cosmética. Se pintarrajeaban sus labios siguiendo la forma de un pequeño corazón, usaban colorete en sus mejillas, lunares en la cara y espalda, polvo de arroz en cuello y hombros. Las cosas cambiaron con la llegada de la Revolución Francesa, donde las desproporciones de la cosmética fueron erradicadas hasta la aparición de Josefina, esposa del Emperador Napoleón Bonaparte, quien retomó  de modo habitual los procedimientos estéticos. La producción a gran escala del agua de colonia, ocurre en esta época.

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